Un ataque terrorista en la sala de conciertos Crocus City Hall, situado al noroeste de Moscú, causó el viernes al menos 130 muertos y más de un centenar de heridos, según el Comité de Investigación de Rusia, organismo fiscal que depende de la presidencia. Se trata del peor atentado en Rusia en dos décadas. Por el momento, no hay confirmación oficial sobre la autoría del ataque, aunque el Estado Islámico la asumió en su canal de Telegram, según Reuters. Este sábado se ha informado de la detención de 11 sospechosos, cuatro de ellos acusados de haber participado directamente en el atentado. Los siguientes son los datos que se conocen hasta ahora:
El lugar de ataque: una sala de conciertos
El Crocus City Hall se encuentra en la ciudad de Krasnogorsk, 25 kilómetros al noroeste de Moscú. Un grupo de personas vestidas de camuflaje entraron en la sala de conciertos con armas de asalto y abrieron fuego justo antes de comenzar la actuación del grupo Picnic, a las 20.00 del viernes (dos horas menos en España peninsular). Las 6.200 entradas que había disponibles para el evento estaban vendidas y los vídeos del lugar reflejan el asesinato a bocajarro de algunos asistentes al intentar huir.
Otras víctimas
Los atacantes provocaron además un incendio en el centro de ocio que alberga la sala de conciertos, donde se estaban celebrando una serie de concursos infantiles con niños procedentes de la región de Vólogda, situada a medio millar de kilómetros al norte de Moscú. La prensa rusa informó de que quedaron atrapadas numerosas personas, incluidos niños, en la parte del edificio en llamas.
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Menos de 20 minutos
Todo ocurrió en apenas 18 minutos. Según una cronología del canal ruso Shot, un Renault blanco se detuvo frente a la entrada de la sala de conciertos a las 19.55 de Moscú (dos horas menos en la España peninsular), donde estaba previsto que el grupo Picnic comenzase a tocar cinco minutos después. Los terroristas salieron del vehículo con armas de asalto y abrieron fuego contra los guardias y otras personas presentes en la recepción del edificio. Según Shot, a las 20.03 llegaron al auditorio y dispararon contra los espectadores. Además, prendieron fuego al lugar con varios contenedores de gasolina que portaban consigo. Finalmente, el Renault Simbol blanco con cuatro terroristas dentro salió del aparcamiento de la sala Crocus a las 20.13.
Quién está detrás del ataque
No hay confirmación oficial sobre la autoría. Los medios rusos señalan a ciudadanos de Tayikistán como sospechosos. Una rama del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) se atribuyó el ataque el viernes por la noche. Estados Unidos y el Reino Unido publicaron hace dos semanas una alerta de posibles ataques terroristas en Rusia, poco después de que los servicios de inteligencia rusos anunciaran que habían frustrado un ataque del Estado Islámico en una sinagoga de la capital rusa. Washington incidió en su aviso en el riesgo de que fueran atacados “eventos con mucha gente, como conciertos”. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, minimizó la amenaza y aseguró: “Todo esto se parece a un chantaje absoluto con la intención de intimidar y desestabilizar a nuestra sociedad”.
¿Tiene Ucrania algo que ver?
Tras el atentado, algunos dedos acusadores apuntaron hacia Ucrania como país con motivos para atacar en Moscú, pero Washington manifestó que no hay indicios de que Kiev esté detrás del ataque terrorista. Antes de que se conociera la reivindicación del Estado Islámico, Kiev había negado estar detrás de la masacre. Mijaílo Podoliak, asesor del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, rechazó categóricamente cualquier relación con el ataque. “Ucrania no tiene absoluta y definitivamente nada que ver con el suceso. Tenemos una intensa y enorme guerra a gran escala con el ejército ruso y con la Federación Rusa. Y, a pesar de todo, todo se decidirá precisamente en el campo de batalla de Ucrania”, subrayó Podoliak, quien agregó que las autoridades ucranias no utilizan métodos terroristas.
Quiénes son los detenidos
Entre los arrestados de los que se ha informado este sábado hay cuatro supuestos atacantes, según informa la agencia rusa Tass. Al menos cinco de los 11 sospechosos serían ciudadanos de Tayikistán, de acuerdo con la información publicada por los medios Baza, Shot y Ostorodzhno, Novosti y un diputado de la Duma Estatal, que han revelado las identidades, fotos incluidas, de los sospechosos. Según las informaciones filtradas, el coche de los supuestos atacantes ha sido interceptado en la región de Briansk, a 400 kilómetros al suroeste de Moscú, cerca de la frontera con Bielorrusia.
Cinco atacantes han sido identificados como ciudadanos de Tayikistán que huyeron de la sala Crocus en el Renault Simbol: Muhammadsobir Fayzov (de 19 años, natural de Dusambé, la capital de Tayikistán, herido y arrestado en su intento de huida), Shokhinjonn Safolzoda (21 años), Rustam Nazarov (29 años), Majmadrasul Nasridinov (37 años) y Rivozhidin Ismonov (51 años). Además, estaban registrados como residentes en las regiones rusas de Yaroslavl, Ivánovo y Samara. Otro supuesto terrorista más huyó con ellos, pero no ha sido identificado, según las informaciones preliminares.
Qué relación tiene Tayikistán con Rusia
Tayikistán, fronteriza con Afganistán, es uno de los puntos calientes del terrorismo islámico para el espacio postsoviético. El Kremlin apoya militarmente a las autoridades de Dusambé para controlar las agrupaciones extremistas que cruzan aquella porosa frontera, y el riesgo de atentados es una preocupación que suele surgir en los encuentros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la alternativa rusa a la OTAN. Además, Rusia se ha convertido en uno de los principales objetivos del ISIS por su apoyo tanto al Gobierno de Bachar el Asad en Siria como al movimiento talibán en Afganistán, tradicional aliado de otra facción extremista enemiga del ISIS, Al Qaeda. Tayikistán ha enviado sus condolencias a Rusia.
El peor atentado en dos décadas
Rusia tiene un largo historial de ataques terroristas, que hicieron tambalearse al país tras el derrumbe de la Unión Soviética y durante los primeros años de mandato de Vladímir Putin. La mayoría, enmarcados en las dos sangrientas guerras separatistas de Chechenia que el líder ruso fulminó con mano de hierro. Las terribles imágenes del recinto, en el que miles de personas aguardaban para asistir a un concierto, recuerdan las del ataque contra el teatro Dubrovka, de la capital rusa, en 2002, cuando un grupo de militantes chechenos protagonizó una gigantesca crisis de rehenes. La operación de las fuerzas de seguridad rusas para liberar el recinto, que usaron un gas anestésico, causó 130 muertos.
En 2004, dos años después de la tragedia del teatro de la calle de Dubrovka, un grupo de terroristas chechenos tomó 1.200 rehenes en una escuela en la ciudad de Beslán. Murieron 334 personas, entre ellas, 186 niños. El atentado más reciente se produjo en 2017, en el metro de San Petersburgo, donde murieron 15 personas. Las autoridades rusas vincularon a los atacantes a un grupo islamista. En 2015, un avión ruso explotó sobre el desierto del Sinaí en Egipto con 224 personas a bordo, la mayoría de ellos ciudadanos rusos, en un ataque que fue reivindicado por el autodenominado Estado Islámico.
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