Alemania lleva meses inmersa en un debate sobre dónde fijar los límites de la ayuda a Ucrania ante el miedo de que el envío de armamento acabe desencadenando una guerra abierta con Rusia. A pesar de las presiones tanto internas como externas, el canciller Olaf Scholz se mantiene de momento firme en su rechazo a enviar misiles Taurus para evitar lo que él cree que podría llevar a Alemania a ser parte de la guerra. “Me sorprende que a algunos ni siquiera les perturbe, que ni siquiera piensen en si lo que estamos haciendo podría llevar a una especie de implicación bélica”, declaró este martes el jefe de Gobierno alemán sobre una decisión que ya había tomado en octubre, pero que nunca había explicado públicamente hasta ahora.
Las declaraciones del canciller volvieron a suscitar críticas dentro de su Gobierno de coalición formado por el Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y el Partido Liberal (FDP). La vicepresidenta del grupo parlamentario de Los Verdes, Agnieszka Brugger, recordó que tanto ella como su partido se habían opuesto desde el principio a excluir determinados sistemas de armamento en relación con el apoyo a Ucrania. La experta en defensa de Los Verdes aseguró a la emisora Deutschlandfunk que era perfectamente posible suministrar a Kiev misiles Taurus sin implicar a soldados alemanes. “Hay que hacer todo lo posible para evitar una victoria rusa, también en interés de la propia seguridad de Alemania”, indicó.
Scholz se refirió a los Taurus tras regresar de París, donde el lunes se celebró un encuentro con líderes y ministros de la Unión Europea, así como representantes del Reino Unido, Canadá y Estados Unidos. Si bien todos los países presentes en la reunión se mostraron de acuerdo en que Ucrania necesita “mucho apoyo” en cuanto a armamento, hay una línea roja que el canciller alemán no está dispuesto aún a sobrepasar: el envío de estos poderosos misiles de largo alcance, armas de precisión que pueden alcanzar objetivos situados a 500 kilómetros de distancia. Moscú se encuentra en este radio de la frontera ruso-ucrania. El Gobierno ucranio solicitó la entrega de estos misiles en mayo del año pasado para poder atacar la logística rusa lejos de la línea del frente.
Por primera vez, el político socialdemócrata explicó abiertamente por qué aún no ha dado su aprobación. “No debemos estar vinculados en ningún momento y en ningún lugar a los objetivos que persiguen estos misiles”, dijo en una conferencia organizada por la agencia alemana de noticias DPA. Para Scholz, el riesgo de que Alemania se vea arrastrada a la guerra es “demasiado grande” y recordó que lo que actualmente necesita Ucrania es, sobre todo, munición. “Aclarar esto es necesario”.
La disputa por el suministro de misiles de crucero Taurus lleva meses haciendo estragos en la coalición de Gobierno. Ni siquiera el hecho de que Alemania se haya convertido en el segundo mayor proveedor de armas de Ucrania, por detrás de Estados Unidos, y que haya proporcionado tanques Leopard ―en su momento también polémicos― y todo tipo de equipos y armas como sistemas de defensa antiaérea parecen haber cambiado la opinión de Scholz sobre uno de los misiles más modernos del Ejército del Aire.
La vicepresidenta del Bundestag, Katrin Göring-Eckardt, de Los Verdes, también criticó a Scholz. “Nadie que pida Taurus para Ucrania quiere que Alemania se convierta en parte de la guerra”, dijo. “Sin embargo, para la paz en Europa y más allá, es esencial que Ucrania gane esta batalla de defensa”, indicó la política, que recordó que el mayor peligro para Ucrania y para Alemania sigue siendo que el presidente ruso, Vladímir Putin, siga teniendo ventaja y continúe con “su campaña imperialista”.
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Mientras, la política liberal Marie-Agnes Strack-Zimmermann, presidenta de la Comisión de Defensa del Bundestag, declaró al canal de televisión Welt que estaba “estupefacta” y rechazó que los soldados alemanes tengan que ir a Ucrania para preparar estos misiles, como afirma Scholz. “Esto simplemente no es cierto, el canciller está buscando excusas”, afirmó e indicó que los soldados ucranios pueden aprender a manejarlos en Alemania. Strack-Zimmermann también rebatió los temores de que los misiles Taurus pudieran ser reprogramados por los ucranios para atacar objetivos en Rusia que Alemania no aprobaría, lo que significaría que Alemania podría verse arrastrada a la guerra y recordó que ya hay muchas armas programadas de producción alemana en Ucrania.
Críticas de la oposición
Las críticas también llegaron desde la oposición. “La afirmación de que la entrega de Taurus convertiría a Alemania en parte de la guerra es sencillamente falsa desde el punto de vista jurídico e infame desde el punto de vista político”, escribió en la red social X el experto de política exterior de la Unión Cristianodemócrata (CDU) Norbert Röttgen. “Taurus no es un arma milagrosa, pero es estratégicamente importante porque permite a los ucranios destruir posiciones en los territorios ocupados sin acercarse ellos mismos a la línea del frente. Taurus protegería así a soldados y civiles”.
Los conservadores exigen la entrega de los misiles Taurus y los socios de coalición de Scholz también están mayoritariamente a favor. Sin embargo, la semana pasada fracasó una resolución del Bundestag (Cámara baja del Parlamento) que pedía la entrega de estos misiles. Scholz ha insistido repetidamente en que el criterio para el suministro de armas es siempre una coordinación estrecha con EE UU, que tampoco suministra este sistema de misiles, a diferencia de Francia y el Reino Unido.
De momento, Scholz cuenta con el apoyo de los alemanes. Según el último sondeo de las cadenas RTL y ntv, el 56% de los alemanes considera su decisión “correcta” y cree que Alemania no debería proporcionar a Ucrania estas armas. Por el contrario, el 35% de los encuestados está a favor de la entrega. Para Scholz es importante que haya un debate al respecto en la opinión pública. “Tenemos que aguantar mucho tiempo. En una democracia y en un país que apuesta por la libertad, esto solo es posible si la mayoría de los ciudadanos están convencidos de que esto es lo correcto”.
Además, Scholz también cerró rápidamente la puerta abierta por el presidente francés, Emmanuel Macron, a un posible envío de tropas occidentales a Ucrania. “No habrá tropas terrestres, ni soldados en suelo ucranio enviados allí por países europeos o Estados de la OTAN, y los soldados que están activos en nuestros países no tomarán parte activa en la guerra”.
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