La ayuda se acumula a las puertas de una Gaza hambrienta por el bloqueo de Israel | Internacional

Mientras la mitad de los gazatíes se enfrenta ya a una falta extrema de acceso a los alimentos y pese al riesgo de que el enclave se vea sumido en una hambruna, cientos de camiones con toneladas de ayuda, sobre todo comida, continúan parados, a las puertas de la Franja, esperando la aprobación israelí para entrar. Este sábado, durante una visita a Rafah, que enlaza Egipto y Gaza, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, declaró que la situación en el cruce ilustra “la angustia y la crueldad de todo: una larga fila de camiones de socorro bloqueados a un lado de las puertas; por el otro, la larga sombra del hambre”. “Es más que trágico”, subrayó, “es un ultraje moral”.

“Ahora tenemos unos 800 camiones preparados, pero están esperando en el lado egipcio de la frontera [con Gaza] porque seguimos afrontando una situación muy difícil con las inspecciones en el costado de Israel, que realiza un proceso muy largo y complejo destinado solo a demorar la entrada de ayuda”, afirma frente al cruce de Rafah, que enlaza Egipto y Gaza, Mohamed Nusseir, el jefe de operaciones de la respuesta humanitaria en la Franja de la Media Luna Roja de Egipto. En torno al 70% de la carga, señala, es comida.

Desde el inicio de la ofensiva militar israelí, los suministros básicos han llegado a la Franja a cuentagotas. Y, pese al paso de los meses, los envíos no se han podido aumentar de forma significativa porque siguen chocando con un proceso muy restringido, lento y confuso impuesto por Israel, que incluye trabas burocráticas, límites a los puntos de entrada, inspecciones minuciosas y un criterio arbitrario sobre los objetos que permiten entrar.

Este rosario de escollos, negado por las autoridades israelíes, vuelve a estar bajo el punto de mira por los niveles de hambre que asolan Gaza cinco meses después del lanzamiento de la campaña israelí en la Franja. Un informe publicado este lunes por un grupo de expertos referente en la materia (conocido por sus siglas en inglés, IPC) dimensionó la grave crisis en la que están sumidos los gazatíes. La escala del IPC se divide en cinco niveles, de menor a mayor gravedad, según dos factores principales: el grado de malnutrición aguda y la capacidad de la población para cubrir sus necesidades alimentarias más esenciales. El más grave es el quinto, el catastrófico, y es el que determina que hay hambruna. Actualmente, cerca del 40% de los gazatíes se encuentran en niveles de hambre de emergencia (el nivel cuatro) y casi el 30% están ya en una situación catastrófica (el quinto). Pero, además, la mitad de la población de la Franja corre el riesgo de caer en este último umbral desde ahora hasta mayo, si no llega la ayuda necesaria.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU calcula que se requieren cada día al menos 300 camiones con comida para cubrir las necesidades alimentarias básicas de la población de Gaza, especialmente altas en el norte. Y aunque en las últimas semanas se ha registrado un leve aumento del flujo de suministros, celebrado por las autoridades israelíes, durante la primera mitad de marzo llegó de media a la Franja alrededor del 40% de la cantidad mínima marcada por el PMA, según datos de la ONU. Antes de la ofensiva israelí entraban de media en Gaza un total de 500 camiones cada día laborable.

Camiones de ayuda humanitaria, a la espera de poder cruzar la frontera entre Egipto y Gaza, en Rafah.KHALED ELFIQI (EFE)

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Nusseir, de la Media Luna Roja de Egipto, señala que tienen capacidad para enviar a Gaza entre 500 y 600 camiones de ayuda humanitaria al día. Y afirma que, además de los 800 camiones que tienen esperando frente al paso de Rafah, cuentan con 1.000 más en la cercana ciudad de Ismailia y con otros 400 en un aparcamiento próximo. “Tengo 2.200 preparados para cruzar, si tuviera los permisos los entraría [en la Franja] en tres días”, desliza.

El egipcio señala asimismo que disponen de un almacén repleto de bienes de primera necesidad, principalmente comida y tiendas de campaña, en la ciudad de Al Arish, la capital provincial del Sinaí del Norte, donde se encuentra Rafah. Pero lamenta que, debido a que la mayoría de los camiones a su disposición permanecen parados con la carga, no dispone de camiones vacíos adicionales en los que meter los suministros almacenados.

Israel solo permite que la ayuda que llega a Gaza por tierra entre por dos pasos fronterizos en el sur: Rafah y Karem Abu Salem, que conecta la Franja con Israel. Excepcionalmente, lo ha permitido también por uno en el norte. Antes de acceder a Gaza, sin embargo, la carga humanitaria tiene que ser inspeccionada por las autoridades israelíes a fin de recibir garantías de seguridad. Esto obliga a los convoyes que entran por Rafah a tener que desviarse primero unos 40 kilómetros hacia el sur, hasta un puesto fronterizo entre Egipto e Israel, que, junto con Karem Abu Salem, es el único donde se realizan los controles.

El responsable de la Media Luna Roja de Egipto atribuye la paralización de toda la ayuda en el lado egipcio de la frontera a las inspecciones “inusuales” de Israel. “Antes de la guerra solían pasar [los suministros para Gaza] por rayos x, y si tenían sospechas los inspeccionaban manualmente”, explica. “Ahora todo tiene que ser inspeccionado con rayos x, por perros y a mano, lo que resulta muy complejo y toma mucho tiempo”, añade.

Además, los puntos de inspección en Israel permanecen cerrados el viernes por la tarde y el sábado, y entre semana operan solo hasta media tarde, lo que ralentiza más el proceso, se queja Nusseir. En total, el egipcio afirma que, para acceder a la Franja, acaban tardando entre 25 días y un mes, a lo que se suma el tiempo que duren las inspecciones y luego lo que se tarde en descargar los camiones y colocar su carga en vehículos locales palestinos.

Los conductores de los camiones que aguardan frente al paso de Rafah dan buena cuenta de esta larga espera. Metwalli Fathi Saad conduce un camión con 30 toneladas de harina y lleva con el vehículo parado 20 días. “Todo está preparado para entrar, el problema está dentro [del lado israelí]”, compartía desde su asiento, frustrado, la mañana de este sábado. Detrás de él, Abdel Nasser, que lleva 20 días parado con un cargamento de leche, cuenta que ha hecho el trayecto hasta Gaza dos veces desde octubre y critica que “cada vez es la misma historia”. Un tercer camionero, que prefiere que no se publique su nombre, apunta que el viaje desde El Cairo hasta Gaza se puede hacer en un periodo de entre tres y cinco días, mientras que él lleva esperando a poder cruzar —cargado con pan, queso y sopas— cerca de un mes. “A veces vas [al paso fronterizo con Israel] y te dicen que por ese día ya han terminado, que por ejemplo han cruzado 50 camiones y que el resto deben dar marcha atrás”, señala.

Al término de su comparecencia en Rafah, Guterres consideró que es hora de inundar Gaza con ayuda que resulta vital y dijo que “la elección es clara: aumentarla o hambruna”. “Elijamos el lado de la ayuda, el lado de la esperanza, y el lado correcto de la historia”, sentenció.

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