Al menos nueve ciudadanos estadounidenses muertos en la ofensiva de Hamás y varios en paradero desconocido | Internacional

Nubes de humo marcan el impacto de bombardeos israelíes, este lunes en Ciudad de Gaza.MOHAMMED SALEM (REUTERS)

Al menos nueve ciudadanos estadounidenses han muerto este fin de semana en la guerra entre Israel y Hamás, ha confirmado este lunes un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. La mayoría de ellos, si no todos, tenían doble nacionalidad estadounidense e israelí, según fuentes de la Administración demócrata. En declaraciones al portal informativo Axios, un alto funcionario amparado en el anonimato explicó que la hipótesis que manejan las autoridades es que las víctimas fueran secuestradas y trasladadas a Gaza durante la ofensiva de Hamás que este sábado desencadenó la guerra. Preguntado por la posibilidad de que haya también estadounidenses entre los rehenes de Hamás, el portavoz dijo: “Hay ciudadanos estadounidenses en paradero desconocido. Estamos siguiendo de cerca la información sobre rehenes tomados por Hamás”.

Los congresistas habían sido informados a última hora de este domingo de la existencia de “varios” compatriotas muertos, mientras fuentes de la Administración, más prudentes, cifraban en cuatro el número de fallecidos. El Departamento que dirige Antony Blinken, secretario de Estado, dedicó casi todo el domingo a concretar el cómputo y establecer las circunstancias e identidades de las víctimas, que no han sido hechas públicas.

La existencia de muertos con pasaporte estadounidense interpela aún más directamente a Washington, en una semana decisiva para abordar y eventualmente resolver la crisis institucional del Congreso por el vacío de poder dejado por la destitución de su presidente, el republicano Kevin McCarthy, expulsado por sus propios compañeros de partido. Si el domingo Washington anunció el traslado de buques y aviones de guerra al Mediterráneo oriental para reforzar la seguridad de Israel, este lunes ha redoblado la presión diplomática para impedir que la violencia prolifere en la zona. Durante una visita oficial a Pekín, el senador Chuck Schumer, líder de la mayoría demócrata en el Senado, ha pedido al presidente chino, Xi Jinping, que “China utilice su influencia en Irán” para evitar que la violencia en Israel y Gaza se extienda a otros lugares de la región.

Schumer, que es judío, se encuentra en China al frente de una delegación bipartidista del Congreso. Su petición a Xi, a quien dijo estar “decepcionado” por la falta de simpatía de China hacia Israel en su respuesta oficial a los ataques de Hamás, se produce horas después de que una reunión urgente a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU terminase sin una condena unánime a Hamás. “Le insto a usted y al pueblo chino a que apoyen al pueblo israelí y condenen los cobardes y despiadados ataques”, pidió Schumer a Xi.

Sobre la hipotética implicación de Irán, que por medio de la ofensiva de Hamás pretendería dinamitar los esfuerzos de normalización diplomática entre Tel Aviv y Riad, el diario The Wall Street Journal informaba este domingo en una detallada exclusiva de que oficiales de la Guardia Revolucionaria ayudaron a planear desde agosto el ataque por sorpresa de Hamás “con incursiones por tierra, mar y aire” y “dieron luz verde al asalto en una reunión en Beirut el pasado lunes”. El supuesto patrocinio iraní de la ofensiva de Hamás fue rechazado de inmediato, aunque solo a medias, por la Administración del presidente Joe Biden. Funcionarios de la Casa Blanca aseguraron al portal Axios que no tienen información de inteligencia que corrobore ese informe, mientras el secretario de Estado Blinken declaraba a la cadena ABC: “Todavía no hemos visto pruebas directas de que Irán estuviera detrás de este ataque en particular… Pero el apoyo durante muchos años es claro”. Teherán financia la resistencia a Israel, y por extensión a EE UU, con apoyo logístico y material a grupos islamistas armados en Gaza, el Líbano, Siria, Irak y Yemen.

Con las cadenas de televisión, incluidas las locales, volcadas en coberturas monográficas de la guerra, las medidas de seguridad se han reforzado en torno a los lugares de culto y centros culturales judíos, especialmente en Nueva York, hogar de la mayor población judía fuera de Israel. La calle se ha convertido en un reflejo de la tensión que se vive en Oriente Próximo. Este domingo, dos manifestaciones de signo contrapuesto, una a favor de Israel y otra pro palestina, agitaron las calles de Nueva York, mientras la segunda era objeto de las críticas por parte de algunos legisladores del Estado, demócratas y republicanos, por considerarla inoportuna.

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