Israel apunta hacia una tregua tras retirar sus tropas del sur de Gaza | Internacional

En las últimas 24 horas, líderes políticos y militares de Israel han multiplicado sus declaraciones en torno a la posible cercanía e importancia de un alto el fuego y canje para la entrega de al menos una parte de los 133 rehenes que se mantienen en Gaza, por el que presionan crecientemente Estados Unidos y la calle israelí, con decenas de miles de manifestantes hace dos días en Tel Aviv. Las declaraciones coinciden con la retirada del ejército de sus tropas terrestres en el sur de la Franja, que justifica en la necesidad de “recuperarse” de cara a “futuras operaciones” una vez concluida su “misión”, y con un nuevo impulso a las conversaciones en El Cairo para alcanzar una tregua. Hay informaciones contradictorias sobre los avances, pero la delegación israelí cuenta con más autonomía para hacer concesiones desde la última ―y más difícil― conversación telefónica entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

“Por primera vez desde el primer acuerdo, hemos llegado a un punto clave. Si las cosas salen bien, un gran número de rehenes regresarán a casa y, poco a poco, todos”, ha señalado este lunes a la radio militar el ministro de Exteriores, Israel Katz. “Soy más optimista de lo que era, pero no podemos prometer nada cuando tratamos con Hamás. Y, en cualquier caso, nos estamos preparando para continuar la guerra”, ha añadido. En esa misma línea, Netanyahu ha asegurado la tarde de este lunes, en un comunicado grabado en vídeo, que “hay una fecha” para que sus tropas entren en Rafah, sin desvelar el día. También ha reiterado que no habrá una victoria en la guerra sin una operación en esa ciudad meridional de Gaza, donde se hacinan 1,4 millones de los 2,2 millones de gazatíes. La alusión a la fecha para atacar Rafah parece estar destinada a apaciguar al ala más ultraderechista del Gobierno, que se opone frontalmente a que la guerra acabe sin una ofensiva en esa ciudad y que ha amenazado con retirarle su apoyo.

Por su parte ―y poco después de las declaraciones del titular de Exteriores―, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, ha cambiado el tono habitual para señalar que su país está “en un momento oportuno” para acordar una tregua, acompañada de un canje de presos palestinos por rehenes y que requerirá “decisiones difíciles”, en una aparente alusión a la excarcelación de palestinos con delitos de sangre por motivos nacionalistas.

Gallant no solo ha recordado “la obligación primordial” de traer de vuelta a casa a los rehenes que aún quedan en la franja de Gaza, en una suerte de acuerdo tácito que vertebra al país desde su creación en 1948, sino que ha señalado que los logros de seis meses de guerra (Israel argumenta que ha desarticulado la gran mayoría de batallones de Hamás) les permiten ahora “ser flexibles”. “Creo que estamos en el momento oportuno, pero hay otra parte [Hamás] que debe estar de acuerdo […] Después, retomaremos los combates y haremos todo lo que necesitemos”, ha añadido.

Familiares se lamentan al recibir los cuerpos de sus familiares muertos para ser enterrados, este lunes en la morgue del hospital Al Aqsa, al sur de Gaza.Omar Ashtawy (Zuma Press/ContactoPhoto)

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El domingo por la noche, el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, mencionó más veces de lo habitual a los rehenes y solo una la invasión de Rafah, en el sur de la Franja, que Netanyahu lleva más de un mes prometiendo y en cuya preparación ha justificado el portavoz militar la retirada de tropas. Halevi subrayó que el brazo militar de Hamás ya “ha sido derrotado”, que las Fuerzas Armadas “no han abandonado la Franja” y que se trata, al fin y al cabo, de una “guerra larga” en la que resulta “imposible mantener el mismo formato de tropas” y habrá “muchos más logros en el camino hacia la victoria”.

Al Arabi Al Yadid, periódico en árabe con sede en Qatar, uno de los países mediadores en el diálogo, junto con Egipto y Estados Unidos, apunta a la posibilidad de una pausa en los bombardeos con motivo del Eid al Fitr, la fiesta musulmana por el fin del mes sagrado del Ramadán, que previsiblemente empezará el martes. Duraría hasta el viernes.

“Los motivos formales ofrecidos por los portavoces israelíes para detener la guerra [sic] fueron operativos, pero cualquier persona inteligente puede ver que el momento difícilmente sea una casualidad. Antes de unas conversaciones clave, la rendición israelí estaba diseñada ―sin decirlo explícitamente― para señalar a Hamás que Israel está muy dispuesto”, escribía este lunes en el diario Israel Hayom el comentarista de asuntos políticos Ariel Kahana.

Invasión de Rafah

Fuentes militares israelíes citadas por la prensa local apuntan, sin embargo, a que la retirada facilita la evacuación forzosa de Rafah (donde se concentran la mitad de gazatíes) porque algunos de los allí desplazados volverán a sus hogares en Jan Yunis, parte de los cuales están dañados o destruidos por completo. El Canal 13 de la televisión israelí apunta a que el ejército empleará meses en evacuar a la fuerza Rafah antes de invadirla.

Da la impresión de que Israel quiere dejar las dos puertas abiertas, para seguir amenazando a Hamás con la invasión de Rafah y decidir cuál toma en función de lo que escuche en El Cairo, como el histórico líder palestino Yasir Arafat en su famoso discurso de 1974 ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en el que afirmó que portaba una rama de olivo en una mano y “el arma de un luchador de la libertad” en la otra y pedía al mundo que no dejara caer la primera.

Palestinos heridos tras los ataques israelíes son tratados en el hospital de Al Aqsa, este lunes al sur de Gaza.
Palestinos heridos tras los ataques israelíes son tratados en el hospital de Al Aqsa, este lunes al sur de Gaza.Omar Ashtawy (Zuma Press/ContactoPhoto)

El ala ultraderechista del Gobierno de Israel teme que la retirada de las tropas sea la antesala del fin de la guerra por la puerta de atrás y sin la prometida invasión de Rafah, que Netanyahu ha venido definiendo, como ha reiterado este lunes, como imprescindible para la “victoria total” sobre Hamás. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ha convocado de manera urgente a su partido, Sionismo Religioso, ante las informaciones de supuestos avances en el diálogo en El Cairo, y el titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, ha advertido de que Netanyahu “no tendrá mandato para continuar sirviendo como primer ministro” si “decide poner fin a la guerra sin un ataque extenso contra Rafah para derrotar a Hamás”, según un comunicado difundido en su canal de la red Telegram.

Desde la oposición, uno de los principales partidarios de un pacto para el regreso de los rehenes, el anterior primer ministro Yair Lapid, ha reiterado este lunes a Netanyahu su oferta de una “red de seguridad”. Es decir, que sus diputados apoyarían un eventual acuerdo en el Parlamento si la ultraderecha lo rechazase y no le saliesen las cuentas. “Tenemos que presionar a este Gobierno para que llegue a un acuerdo. Será un acuerdo doloroso, que no nos gustará, pero tenemos que alcanzarlo porque tenemos que traerlos [a los rehenes] de vuelta a casa. Hay un acuerdo sobre la mesa, podemos llegar a un acuerdo y debemos llegar a un acuerdo”, ha señalado a la radio pública Lapid, que se encuentra en Washington y tiene previsto reunirse con el secretario de Estado, Antony Blinken, y el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan.

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