Recientemente, la presidencia de Donald Trump estableció aranceles del 25% sobre las importaciones provenientes de México y Canadá, excluyendo los productos energéticos, que tendrán una tarifa del 10%. Esta acción, efectiva desde el 4 de marzo de 2025, ha causado inquietud entre los sectores económicos de ambos países, particularmente dentro de la industria automotriz.
Potenciales modificaciones en línea con el T-MEC
Howard Lutnick, secretario de Comercio de Estados Unidos, ha señalado que el presidente Trump está considerando modificar estos aranceles dependiendo del cumplimiento de lo estipulado en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Lutnick mencionó que los productos que respeten las regulaciones del T-MEC podrían calificar para exenciones de aranceles. Esta táctica pretende fomentar el cumplimiento de las normas del tratado y reducir el efecto en las industrias que ya se ajustan a sus directrices.
Efecto en la industria automotriz y otros sectores
La industria automotriz es una de las más perjudicadas por estos aranceles, dada su fuerte dependencia de las cadenas de suministro que cruzan las fronteras de Estados Unidos, México y Canadá. Empresas como Ford, General Motors y Stellantis, junto con marcas extranjeras que operan en Estados Unidos, como Honda y Toyota, podrían beneficiarse de las posibles exenciones si sus productos cumplen con los requisitos del T-MEC. Asimismo, se considera eliminar el arancel del 10% sobre las importaciones de energía de Canadá que también se adhieran al tratado.
Aspectos geopolíticos y económicos a considerar
Consideraciones geopolíticas y económicas
Siguientes pasos y previsiones
Próximos pasos y expectativas
Se espera que el presidente Trump anuncie próximamente decisiones sobre posibles ajustes a los aranceles, basados en las evaluaciones del cumplimiento del T-MEC y otros factores estratégicos. Mientras tanto, empresas y gobiernos de México y Canadá están analizando el impacto de estas medidas y evaluando estrategias para mitigar efectos adversos en sus economías. La incertidumbre sobre la duración y aplicación de los aranceles añade complejidad a las decisiones empresariales y políticas en la región.